Durante tantos años nos han llamado piratas a los que descargamos cosas, que ahora con lo del Alakrana la ciudadanía está confusa.
¿Son piratas los que ahora asaltan barcos, los que venden en el top manta o los que se disfrazan en carnaval con el parche en el ojo y la pata de palo? La respuesta, para algunos, es que los tres son piratas. Para mí, ninguno de ellos.
Los que asaltan barcos con ametralladoras y lanzamisiles son simplemente terroristas (y se les debería tratar como tales). Los que están vendiendo discos encima de una manta son pobres desgraciados que suelen trabajar para mafias organizadas. Más puro les tenía que caer a los que compran que a los que venden. Y los que van con el disfraz es por que salen de Carnaval.
¿Quiénes son delincuentes? Está claro que los que abordan barcos son mala gente y que habría que responder con toda la fuerza necesaria para evitar que se repita. Y también está claro que los que se disfrazan no infringen ninguna ley. ¿Pero qué pasa con los manteros? Castigando al último eslabón no se consigue el objetivo deseado. Hay que apuntar más alto, a los jefes de la organización, pero eso parece imposible.
Mi propuesta es que se despenalice la venta desde la manta. Total, van a la carcel por una puerta y salen por otra el mismo día. Y ya que se permitiría la venta ambulante, hacer que los comercios no paguen impuestos directos. De este modo la economía reflotaría, estoy convencido.
Humildemente, creo que se pueden hacer las cosas de otra manera, pero parece que nadie se preocupa por buscar soluciones alternativas. Políticos = vagos.
Ricardo Sánchez (Valencia)
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