El Apocalipsis llegó a las 8:27AM, hora española, pero nadie se enteró.
Gran parte de la opinión pública ha expresado su consternación ante lo que muchos ya consideran el mayor fracaso en la historia de los eventos multitudinarios. A pesar de que numerosas religiones y varios grupos ecologistas estaban esperando ansiosos la llegada del fin del mundo, éste pasó ayer desapercibido en los medios de comunicación y en la rutina diaria de la gente. La ciudadanía siguió yendo a trabajar, haciendo compras y enredada en el devenir cotidiano de los acontecimientos.
Eustaquio Forcada, jubilado y campeón nacional de mus, lo expresaba de este modo: “Las cosas no las pueden hacer así. ¿A quién se le ha ocurrido montar el Apocalipsis un lunes por la mañana? Carajo, que todo el mundo anda atontado y, claro, ni se entera. Muy poca profesionalidad es lo que veo yo”.
La prensa mundial tampoco se hizo eco del evento. Ayer la noticia de mayor calado en todas las portadas era la historia de un cachorro de chihuahua que sabía tocar el piano.
Muerte, Guerra, Peste y Hambre, los famosos Cuatro Jinetes, fueron avistados al mismo tiempo en Times Square, en Tiananmen, en la Plaza de San Pedro y en Port Aventura. Al parecer, estuvieron cabalgando entre nubes tormentosas durante un par de horas. Pero cuando vieron que nadie les hacía caso y que la gente sólo se quejaba de la lluvia, se fueron a comprar golosinas a una tienda cercana. “Yo los vi muy desanimados”, comenta el propietario del establecimiento. “Decían que aquello era una falta de respeto, que así no podían tocar trompetas, ni romper sellos, ni secar mares ni nada. Se llevaron cuatro kilos de gominolas”.
Berlín fue el único lugar del globo donde el Armagedón consiguió una participación multitudinaria. Sus ciudadanos, de forma pragmática y eficiente, fueron ascendidos en masa a los cielos. Algunos de los políticos locales se quejaron inicialmente de que aquello fuera a ensombrecer las celebraciones del aniversario de la caída del Muro. Incluso se propuso posponer el Apocalipsis una semana de forma excepcional, pero la propuesta fue rechazada por la población, al considerarla de mal gusto.
La noticia pilló también por sorpresa al Vaticano. El Nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini, no ha querido hacer declaraciones sobre lo que opina la Iglesia del suceso. El Presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, sí que ha querido aprovechar la presencia mediática para condenar el aborto y los matrimonios homosexuales.
La Vicepresidenta Primera del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, ha declarado que la llegada del fin del mundo no va a alterar las políticas del Ejecutivo: “Pase lo que pase, garantizamos el mantenimiento de los transportes públicos y del sistema de pensiones”.
Quienes más indignación han mostrado por lo sucedido han sido los Acólitos Irredentos del Fin de los Días en Nueve de Noviembre, grupo religioso que lleva años pronosticando la fecha del Apocalipsis. Su Gran Gurú, Ubaldo Penafreta, lo decía así: “¿Ahora quién es el loco? ¿Eh? ¿Eh? ¡Mira que os lo decíamos! ¡Que iba a ser un nueve de noviembre, que iba a ser un nueve de noviembre! Y ni caso. ¿Y ahora qué?”.
Rouco Varela se mofó de sus palabras: “Los Acólitos Irredentos llevan, efectivamente, años diciendo el día del fin del mundo. Lo que pasa es que lo vaticinan cada año y así no te los puedes tomar en serio. Hace veinte años, cuando lo del Muro, sí que nos acojonamos. Incluso Su Santidad me dijo, a ver si van a tener razón éstos, Rouco, qué vergüenza. Pero luego no pasó nada y nos olvidamos de ellos”.
Penafreta, por su parte, ha querido dejar clara su tristeza: “Hemos quedado mal, muy mal, como el culo. Hay grandes poderes que se han currado todo un fin del mundo y no les hemos hecho puñetero caso. No me extrañaría que ahora se enfaden y ya no monten más fines del mundo, que somos unos desagradecidos”.
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