Se trata de un local con zona al aire libre en el que se pueden degustar delicados platos aptos para antropófagos.
Ignacio Trébedez terminó su carrera de filología inglesa en el 98, pero desde ya a principios de los 90 empezó a perfeccionar su afición por la cocina con restos humanos realizando algunos cursos en el extranjero. Desde hace casi dos décadas ha trabajado en hoteles de alto nivel y cruceros, pero siempre como chef independiente. Decidió dejar su carrera de filólogo a un lado y se dedicó de lleno a lo que el llama su “verdadera pasión”, la gastronomía.
Siempre se aficionó por las partes blandas, y también por mezclar sabores inéditos, porque según afirma, “mi mente puede crear más de mil platos diarios por la variedad de misturas que se puede conseguir con los diversos ingredientes”.
Ketecomo es un restaurante donde se elaboran platos tradicionales de la cocina caníbal, pero con un toque español. Entre los 60 platos que ha elaborado Ignacio para la carta, él destaca las “orejas con estofado de lentejas”, “codo de adolescente con boquerones marinados”, “tortilla de patatas con nalgas fritas de oficinista”, “revuelto Ketecomo con una base de pezoncillos salados en salsa de moras”, “paella con lengua”, y “testículos de funcionario al limón” (los mejores por ser los más grandes), entre otras delicias. Asimismo ofrecerá una serie de bebidas compuestas por jugos gástricos y demás fluidos corporales, que sólo se encuentran en Ketecomo.
“Siempre he buscado fusionar la comida española con la carne humana, por eso lo que probarán aquí es único”, enfatizó este chef ejecutivo.
Fuente: Lint
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JUACALA
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