Rigurosos estudios del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) han demostrado que el cambio horario no sirve para nada.
Por este motivo, a partir de octubre de 2011, los españoles ya no tendremos que volver a retrasar nuestros relojes. Según Ricardo Tardá, investigador en jefe del IDAE, "da igual la hora que sea: siempre apetece quedarse un ratito más en la cama".
En la comunidad científica internacional se han alzado voces discordantes, especialmente en los países nórdicos, en los que el aprovechamiento de la luz solar es muy elevado gracias a estas medidas. El representante sueco del Comité para el Estudio de Recursos y Derechos Omnienergéticos ha dejado clara su postura: "Los españoles se creen el centro del universo y en realidad forman parte de la Unión Europea por lástima. Que hagan lo que quieran. Nos importa un rábano".
La dureza de sus palabras contrasta con el optimismo expresado por los científicos españoles, quienes han recalcado que mientras tengan recortes en el presupuesto, seguirán realizando experimentos absurdos y llegando a conclusiones erróneas. "A mí, plim", afirma uno de los interpelados.
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