Al volcar por error toda la remesa del mes, los responsables de la fábrica secan el cauce del Sauguillo, afluente del Pisuerga en su paso por Villela, Burgos.
Desastre ecológico de magnitud 8 en la escala de Greenpeace causado por un error humano que pudo haberse evitado. Ahora tanto las autoridades locales, autonómicas y nacionales como las plataformas ecológicas se rasgan las vestiduras pidiendo la cabeza de los responsables, mientras un nutrido grupo de cincuentonas se manifiesta ante las puertas de la fábrica exigiendo que repongan género en los supermercados, so pena de recibir una denuncia formal por daños y perjuicios al tener que soportar sin paliativos las pérdidas leves de orina.
Jesús Gómez de Bolaño, responsable de la planta de producción, no se explica lo ocurrido: “No sabemos qué ha podido pasar. Existen dos compuertas: una por donde salen las compresas prensadas y listas para ser empaquetadas, y otra que da al río para los desechos derivados del proceso de fabricación. No comprendemos como las compresas fueron a dar al río”.
Ante tal desconcierto, se baraja incluso la hipótesis de un sabotaje: “No queremos señalar a nadie, pero creemos que se trata de una maniobra de la competencia para dejarnos fuera del mercado de las pérdidas de orina”. Ante tales indicios, la fiscalía nacional ha decretado el secreto de sumario sobre la investigación.
Pero el daño ya está hecho: miles de peces de agua dulce boquean sin remedio sobre el cauce del río, cuajado de compresas blancas que flotan a la deriva como pequeños icebergs de celulosa. Ante este despilfarro, algunas mujeres desesperadas y desabastecidas de producto, se lanzan con arpones y redes a la pesca indiscriminada de chorreantes Tena Ladies. “Prefiero una Tena Lady pasada por agua a no tenerla”, afirma María Durango mientras sujeta altiva una bolsa con varias compresas de río. “Yo esto lo meto en el microondas, le paso la plancha, y me queda como nueva. Cualquier cosa con tal de estar seca”.
Fuente: Farming News
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