Las autoridades suizas han destapado esta semana un negocio de muertes falsas en la localidad de Corsier-sur-Vevey, en el cantón suizo de Vaud.
La sede del negocio se encontraba en un sótano excavado debajo de la caseta del guardia del cementerio de la localidad. El guardia era en realidad Jérome Saint-Denis, director de la misteriosa empresa suiza de muertes falsas La mort c’est la vie.
Encarcelado temporalmente en la cárcel municipal, Jérome Saint-Denis no ha tenido problemas en hacer una declaración completa para Falsas y Bizarras. Saint-Denis estudió biología y medicina en la Universidad de Stanford, California, y al graduarse entró a trabajar en Alcor Life Extension Foundation, una compañía norteamericana de investigación sobre criónica. Cuando en 1976 la fundación llevó a cabo su primera criopreservación con éxito, el joven y ambicioso Jérome Saint-Denis abandonó la compañía con muchas ideas y se instaló en su Suiza natal.

A principios de este mes se produjo un suceso que Jérome califica de sobrenatural. En un terrible apagón que afectó a todos los alrededores del lago de Ginebra, el laboratorio de La mort c’est la vie se quedó sin suministro durante 48 horas. Cuando Jérome corrió desesperado a comprobar el estado de las cápsulas, comprobó atónito que éstas se habían abierto y que sus ocupantes habían salido al exterior.

Las autoridades sanitarias no llegan a entender cómo han sobrevivido todos estos famosos. “Seguramente será el aire suizo, la actitud neutral del país, los quesos y el chocolate”, ha afirmado Jérome Saint-Denis con aire jocoso, convencido de que en unos días será liberado. “Al fin y al cabo, no he matado a nadie”. Borges, Simenon y Greene están escribiendo el guión de un espectáculo teatral sobre el misterioso suceso, que dirigirá Chaplin y en el que “colaborará” Hofmann.
Fuente: Ernesto Paniagua
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