El controlador tuvo un mal día, pero su familia reconoce que podría haber acabado muchísimo peor. En estos momentos se encuentra en casa, llorando pero estable.
Arturo Puente, de 53 años y controlador aéreo de profesión, sufrió ayer viernes uno de los peores días de su vida. Según declaró hace unas horas a FyB, "estaba disfrutando de una semana de vacaciones, cuando se fastidió todo".
Residente en Barcelona, pero natural de Extremadura, Arturo se enteró de casualidad de la decisión que habían tomado sus compañeros. "Seguro que ha sido cosa de Manuel, que es muy temperamental y además tiene en Facebook a todos los del curro. Iba para sindicalista pero le daba pereza tener que ir a las reuniones sindicales", afirma Arturo. "Eso sí, montando pollos y fiestas de cumpleaños, es un crack".
El calvario de Arturo comenzó cuando fue a comprar el pan y el periódico. Los dos tenderos, que sabían a qué se dedicaba el sr. Puente, se negaron a atenderle. "Una prima mía se ha quedado atrapada en Mallorca porque a estos impresentables no les da la gana trabajar. Pues hoy no come con pan", declaró doña Juanita.
El resto de clientes se enteraron de este modo de la profesión de Arturo, y el rumor no tardó en extenderse como la pólvora por su barrio. De este modo, Arturo no pudo ponerle tapas a sus zapatos, hacer un duplicado de la llave del parking, retirar dinero del banco, ni comprar tabaco. "Cuando me dijeron que era controlador no podía creerlo. Pero si parecía buena persona", comentó desconsolada la chica del estanco.
En pleno ataque de ansiedad por la falta de nicotina, Arturo cruzó la calle sin mirar y fue arrollado por una furgoneta de reparto. "Si le digo la verdad, me planteé no socorrerlo cuando vi quién era el atropellado", explicó el atribulado conductor de MRW. "Pero no soy tan cabrón como para joder así a otra persona".
No obstante, cuando llegó la ambulancia habían pasado más de cuarenta minutos, suficientes para que Arturo perdiese la pierna derecha y tuviesen que amputarle el testículo izquierdo. "Lo del testículo en realidad no hacía falta", comentó jocosamente uno de los médicos que le atendió, "pero es lo que hubiera hecho mucha gente en nuestro lugar. Ahora tendrá que coger la baja por cojones".
Arturo, todavía en estado de shock y unihuevizado, todavía no sabe cuándo se reincorporará, pero tiene claro que seguirá: "Adoro mi trabajo. Es estresante y está mal pagado, pero sé que es necesario para el buen funcionamiento del país. Y además alguien lo tiene que hacer, ¿no?".
Fuente: Lint
sábado, 4 de diciembre de 2010
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1 comentarios:
Bonita historia, pero no me parece muy creible lo de que con su avanzada edad (53 años) esté todavía en activo y con un curro tan estressssante.
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