Comer en un restaurante de comida rápida es “casi tan malo” para la salud cardiovascular como fumarse un paquete de cigarrillos, según los expertos.
El abandono de la dieta mediterránea, el sedentarismo y el consumo de tabaco ha provocado que la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares se haya multiplicado en los últimos años, hasta el punto de que “ya no sorprende que los adolescentes tengan infartos de miocardio”.
“Hace unos años, los niños jugaban en el parque, mientras que ahora las videoconsolas son su hábito vital”, explicó el doctor Rosado, endocrino y taumatólogo, sin "r". Por este motivo, “la prevención debe tener máxima importancia para la población. Menos videojuegos y más parques”, añadió.
El doctor Rosado explicó que, cuando los pacientes salen del hospital tras un infarto, “casi un 90% de ellos sale sin querer volver a entrar a un restaurante de comida rápida, por la llamada sensación de muerte inminente que tiene tras sufrir el fallo cardiaco”. Sin embargo, “no todos mantienen esa deshabituación y aprovechan ese momento para cambiar conductas, ya que más de un 50 por ciento recae de nuevo en su consumo”, dijo el prestigioso doctor.
Como solución, “deben agilizarse las políticas nacionales centradas en la prevención, y no sólo las relacionadas con la comida rápida, el tabaco y los videojuegos, también las referidas a la dieta y el ejercicio”, donde, por ejemplo, “se podría desgravar el dinero invertido por los ciudadanos en el gimnasio para fomentar que acudan con más asiduidad”, aseguró. “O potenciar que los padres y madres no regalen videojuegos a sus hijos. Hay que cortar eso por lo sano. Igual que la SGAE cobra un canon, se debería cobrar un plus sanitario a los gordos y a los que no tengan aspecto saludable. Sólo así conseguiremos que nuestros hijos lleguen a cumplir 70 años".
Fuente: Lint
1 comentarios:
La última vez que me comí una hamburguesa de 8 pisos (con vecinos y todo) tuve claro que soy uno de los últimos vestigios de los trogloditas.
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