La Justicia del Tribunal Ordinario Monárquico Aristocrático (TOMA) dará a conocer mañana la pena que le impondrá a Iñaki Urdangarin por su comportamiento poco ejemplar.
Durante los alegatos del juicio, los abogados de la querella pidieron al TOMA de La Castellana, que el Duque Consorte de Palma de Mallorca, Iñaki Urdangarin Liebaert, sea condenado a casarse también con la otra infanta, doña Elena de Borbón y Grecia, Duquesa de Lugo, a lo que nuestro augusto monarca, don Juan Carlos I de Borbón, accedió sin grandes aspavientos.
"Y suficiente castigo es", afirmó un portavoz autorizado de la Fiscalía Anticorrupción por los posibles delitos de evasión de capitales, fraude fiscal y engaño a la Administración. Fuentes jurídicas relacionadas con el caso muestran sin embargo su extrañeza por el hecho de que la infanta Cristina no sea obligada a divorciarse, ni siquiera a separarse, sobre todo teniendo en cuenta que eso supondría que don Iñaki se convertiría en Duque de Palma y Lugo, una combinación de títulos que lo situaría justo por detrás del Príncipe Felipeen la línea sucesoria.
En una entrevista a Playboy, el Rey aseguró que "me apena que mi yerno tenga que pasar por este mal trago. Nadie merece ser juzgado por desviar. Porque desviar no es lo mismo que robar". Los académicos de la RAE, dada su condición de Real, se han afanado a introducir esta definición en el diccionario.
Sin embargo, se espera que el Duque de Palma apele y obtenga un expediente abierto como Grande de España. Si fuera así, tendría vía libre para casarse políticamente con doña Cayetana de Alba y heredar el título de Gran Über Mega Lord de las Españas y sus Colonias, un rango que no se alcanzaba desde Carlos I de Austria.
"Es que los nobles somos como la Iglesia y los altos cargos de El Corte Inglés: no hay mejor castigo que un ascenso", afirmó el joven Froilán de Todos los Santos, hijo de Marichalar.
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