La SGAE amenazó a Yahoo!

En el año 2006, la SGAE amenazó a la compañía Yahoo! con una denuncia para que detuvieran su proyecto: enviar al espacio una cápsula del tiempo con datos aportados por los internautas.

Ernesto Bonete, miembro del departamento de delitos telemáticos de la Guardia Civil, ha pinchado esta semana la cuenta de correo electrónico de un trabajador de la SGAE (cuyo nombre han preferido mantener en el anonimato) a causa de una sospecha de relación con una red de pederastia católica llamada "Pillos Monaguillos". 

Pero más que esta relación enfermiza del “sgaero”, más bien previsible, lo que ha puesto en alerta a la Guardia Civil ha sido una serie de mensajes muy encendidos que fueron enviados en el 2006 a Jerry Yang, el entonces director ejecutivo de la empresa.

José Luis Boadilla del Monte, co-fundador de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) y responsable del departamento de P.P.O.P. (Protección de la Propiedad y Otras Putadas), ha afirmado que la SGAE en su totalidad apoya a su trabajador. En declaraciones exclusivas, Boadilla ha dado detalles sobre las implicaciones de la operación que planeaba Yahoo!: "Seguimos teniendo una guerra abierta con Yahoo! El problema era que la operación permitía a cualquier usuario de Internet digitalizar vídeos, canciones, etc. para la cápsula del tiempo lanzada al espacio. Imagínate, si ya tenemos problemas para mantener a raya a los malditos peluqueros de Barcelona, ¿cómo podemos luchar contra la violación de los derechos de la propiedad intelectual en el espacio exterior? ¡Esto es un cataclismo!".

Yahoo! logró lanzar su cápsula del tiempo, que se abrirá cuando la compañía celebre su 25 aniversario, en 2020. Lo que no sabemos es en qué consiste la guerra que está librando la SGAE. Hay quien dice que han impuesto un canon sobre las cuentas de correo Yahoo! Otros dicen que el canon lo tendrán que pagar los extraterrestres que escuchen canciones de los Beatles. Joaquín Pertejo, miembro de la asesoría eXgae, lo tiene claro: "Están como una regadera".

Fuente: Ernesto Paniagua